Travesía
Deja encallar mis labios en el puerto mismo
Donde levan anclas y zarpan tus deseos
Hacernos juntos a la mar de la insolencia
Sin más reparos que nuestro propio tiempo
Abandonarnos a la simple aventura de elegirnos
Aun con la certeza inminente del naufragio
Remontando velas a los vientos del placer voraz
Que nos funde y nos consume bajo la tormenta
Empapados de iracunda y descarnada realidad
Tan solo así, salpicados por la sal del éxtasis
Y aunque las olas nos arrastren a playas de ausencias
Sabremos que valió la pena la osadía
De haber vencido en silencio a la distancia.
César Bustamante
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