domingo, 6 de mayo de 2012




Travesía

Deja encallar mis labios en el puerto mismo

Donde levan anclas y zarpan tus deseos

Hacernos juntos a la mar de la insolencia

Sin más reparos que nuestro propio tiempo

Abandonarnos a la simple aventura de elegirnos

Aun con la certeza inminente del naufragio

Remontando velas a los vientos del placer voraz

Que nos funde y nos consume bajo la tormenta

Empapados de iracunda y descarnada realidad

Tan solo así, salpicados por la sal del éxtasis

Y aunque las olas nos arrastren a playas de ausencias

Sabremos que valió la pena la osadía

De haber vencido en silencio a la distancia.

César Bustamante





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