domingo, 6 de mayo de 2012




Rebeldía

Transité nocturno el camino del olvido

Entregado a las fauces del monstruo que me habita

Mordí con mis encías el cristal de su frío

Desgarré mi carne en el hedor de su osamenta

Retorciéndome en la ciénaga repté desde el averno

Escapándole al estiércol reaccionario de los dogmas

Que observaba, me juzgaba y sentenciaba

Con la nefasta moralina de sus normas

Vomité una a una sus insípidas purezas

Hasta quedar exangüe, informe

Sumergido en el álcalis del miedo

Y en el sorbo letal de la ignominia

Arranqué de mí, todos los sentires

César Bustamante


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