Desde adentro
Cargando con la espera en las entrañas
Y el amargo sabor que da el olvido
La esperanza, esa visita tan extraña
Ya no acude a devolvernos el sentido.
La doliente pobreza es la que aflora
En este páramo desierto de valores
Donde mueren ideales y en la hora (del entierro)
Ni llanto ni mortaja, no hay honores.
En la “carencia” de bases sustentada
En la correcta ejecución de inoperantes
Asisten cómplices de mafias enquistadas
Los testaferros de las clases dominantes.
Adalides del escarnio y verborragia
Tan sutiles en su elocuencia disonante
Nos quieren serviles, sumisos y nos plagian
Con maquiavélicos discursos irritantes
Pero es momento de empezar a dar batalla
Empuñemos la palabra y la razón
Con el valor de aquellos que no callan
Y usan el verbo con la fuerza de un cañón
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