domingo, 6 de mayo de 2012



Insomnio

Impiadosa solitud que me desvela

Y me sostiene del costado de lo absurdo

Que me enreda con los hilos del pasado

Sentenciándome a la espera sin futuro

Y en la ansiosa cadencia de las horas

Vierte sombría su silencio irreverente

Adormeciendo uno a unos mis sentidos

Sumiéndome en abúlico infortunio…

César Bustamante







Encuentro

Tu mirada y la mía se encontraron al fin

todo estaba planeado de antemano,

el lugar, la hora, la ropa y hasta el perfume,

nada librado al errático designio del azar

Pero estábamos allí, inmóviles, impávidos

tal vez cegados por una misma sensación,

quizás cautivos de un mismo pasado

Ávidos, ansiosos de deseo, enajenados…

La lógica parecía esfumarse entre el bullicio de la gente

Que sin advertir la quietud de nuestro cuadro

Transitaba sincrónica a su desmesurado apuro

Mi mente buscaba en vano las respuestas

En este plano donde el tiempo rige nuestros actos,

nada podrá explicar el por qué mi piel extraña tu piel,

mis ansias añoran tu entrega y mis labios aun saben a tus besos

Maldito tiempo, infame cómplice de esta torpe realidad

Que se empeña en separarnos con el débil argumento

De que esto todavía no aconteció, que no fue tu espalda

La que tantas noches cobijó mi pecho 

cuando aún te siento estremecer entre mis brazos

Maldita certeza de los cuerdos que impertérritos sentencian

a ceñirnos a sus fácticas pruebas de medirnos por segundos

Bendita tempestad de anárquicos sentires

que me envuelven cada mañana en la cascada de tu pelo

y me retiene en ese reino sin relojes, donde todo transcurre

en lo que dura un beso respirando tu placer

allí donde no hay reglas, donde nada es para siempre y sin embargo

amarte es mi elección a cada instante…

De repente, ya estabas en mis brazos,

aquella peatonal paisaje ajena a nuestra historia

mientras la música, nuestra música nos cubría en un susurro

entre tu pecho y el mío una explosión de siluetas que a media luz

ondulantes, en un gozo simbiótico libando del éxtasis danzaban.

Éramos tu y yo inmersos en un mar de sensaciones

los de ayer, los de hoy, los mismos parias de siempre desterrados del tiempo.

Ya no importan las respuestas, en esta absurda paradoja

el amor que es tan esquivo quizá nos encuentre sin corazas

y en su estocada final nos atraviese enastando la esperanza

dejándonos exhaustos, sin culpas ni temores

tu sobre mi hombro y yo a orillas de tus ansias.

César Bustamante








Rebeldía

Transité nocturno el camino del olvido

Entregado a las fauces del monstruo que me habita

Mordí con mis encías el cristal de su frío

Desgarré mi carne en el hedor de su osamenta

Retorciéndome en la ciénaga repté desde el averno

Escapándole al estiércol reaccionario de los dogmas

Que observaba, me juzgaba y sentenciaba

Con la nefasta moralina de sus normas

Vomité una a una sus insípidas purezas

Hasta quedar exangüe, informe

Sumergido en el álcalis del miedo

Y en el sorbo letal de la ignominia

Arranqué de mí, todos los sentires

César Bustamante





Pasión

La noche es perfecta

sus luces son tenues

tembloroso y resuelto

cruzando las sombras

me entrego a su suerte

Se aceleran mis pasos

mi corazón enloquece

se acerca el momento

y enfrente a tu puerta

con certera estocada

desgarrando al tiempo

doy fin a la espera.

Candelas de cómplices

aromas que envuelven

mi fiebre en tus manos

los besos que muerden

te aferro a mi abrazo

las sienes que estallan

y la sangre me hierve

Ternura, encanto,

pasión y locura

agazapado en mis ansias

contengo el deseo

mas luego el impulso

le gana al intento

y en duelo de cuerpos

acaba el suspenso

La fiebre arrebata

nos quema por dentro

tus muslos, mis manos

mi pecho en tus senos

tu anhelo en mi espalda

me abraza, te siento,

de tu miel sedienta

mi boca en tu fuego

el espasmo acude,

corona mi esmero

bebiendo tu esencia

remonto mi vuelo.

Erotizando el aire

con música suave

y a la trémula luz

de incandescencia leve

dialogando en silencio

con lenguas salvajes

rasgando penumbras

gemidos y gestos

a tu entrega rendido

reposando en tu cuerpo

en el mar de tu vientre

encuentro el sosiego

César Bustamante










Travesía

Deja encallar mis labios en el puerto mismo

Donde levan anclas y zarpan tus deseos

Hacernos juntos a la mar de la insolencia

Sin más reparos que nuestro propio tiempo

Abandonarnos a la simple aventura de elegirnos

Aun con la certeza inminente del naufragio

Remontando velas a los vientos del placer voraz

Que nos funde y nos consume bajo la tormenta

Empapados de iracunda y descarnada realidad

Tan solo así, salpicados por la sal del éxtasis

Y aunque las olas nos arrastren a playas de ausencias

Sabremos que valió la pena la osadía

De haber vencido en silencio a la distancia.

César Bustamante







Crónica de una depre...

 Este ha de ser mi lugar, ese donde yo puedo ser el monstruo mismo que vive dentro de mí. Aquí puedo escribir las frases más absurdas y vulgares que puedan surgir de esta mente trastornada por la angustia de vivir a pesar de todo, de este día a día sin un mañana, sin más expectativas que esperar que las cosas sucedan, como un mero espectador sentado a la vera del camino viendo la vida pasar. Cada tanto mis ansias me llevan a equivocarme nuevamente, como una consigna marcada a fuego a lo largo de mi historia, nunca me equivoqué por seguir mis propias convicciones sino por dejarme dominar por la ansiedad. A esta altura ya ni se cuales son mis convicciones puesto que lo que hasta ayer me parecía malo hoy ya no lo es tanto, es mas, lo justifico de mil maneras y la duda es ¿Cuándo estuve equivocado?, ¿ayer?, ¿hoy? ¿Quién tiene la verdad? Que mágico esto de escribir cuando uno parece no encontrarle sentido a la vida, suena ilógico tener este tipo de necesidades espirituales cuando ya no se quiere sentir. Tal vez este sea el testimonio de mi paso por la vida, aunque reconozco me hubiera gustado sin dudas dejar algo más que un puñado de incertezas, dejar si huellas de pisadas firmes hacia un objetivo concreto y no este garabato en la arena de rastros sin sentido, sin un rumbo a seguir, como la sombra errante de mi inseguridad. A veces me pregunto ¿qué vale más, lo que ya no tengo o lo que quiero tener y no puedo?, ambas ausencias duelen, laceran mi alma. Que loco! Mate de por medio intento volcar todos esos diálogos absurdos que se producen en mi mente día a día y no logro conexión con ese solitario que busca las respuestas que no tiene, como si al conocer el por qué de cada cosa, sus frustraciones fueran a lastimar menos.

 Decidí retomar mis sesiones de terapia con Anthony, mi psicólogo y amigo, es evidente que algunos cambios han torcido mi forma de pensar y por sobre todo he logrado controlar en cierto modo mis reacciones intempestivas, esas de las que luego me arrepentía porque terminaban por alejarme mas de aquello que quería. Y así en esa continua discontinuidad de estados de ánimo sigo naufragando y arribando a playas desconocidas donde mi cuerpo cansado y exhausto suele encontrar la calma bajo la tibieza de soles oportunos

César Bustamante






Naufragio

Recostado en la calidez de tus palabras

Absorto y preso de tus ojos incisivos

Que desnudan mis más íntimos deseos

Y atraviesan mi costado menos cuerdo

Desvariando y por la duda sometido

Le impongo firmeza y acción a mis instintos

Mas la batalla entre lo lógico y lo absurdo

Que entremezcla los quiero con los debo

Me encierra en la más sórdida emboscada

Y en las sombras desvanecen mis sentidos.

Pero en esa tempestad de mis temores

Donde el ego naufraga mal herido

Comprensiva con un beso me rescatas

En el cálido seno de tu abrazo

Y un te quiero que se acerca susurrando

El valor exacto de todo lo vivido

César Bustamante







Fallido

Aleteo tedioso de un amor en vuelo

Que no advierte el hastío de sus alas 

Y arremete tumultuoso ante el espejo

Que devuelve su imagen solitaria

Y se estrella nuevamente ante la nada

Se desangra por el lado de la culpa

Regurgitando a borbotones los por qué

Que ya no acuden a calmar sus ansias

Y así sumido en melancólico sopor

Denostando el sinsentido de su suerte

Blande irresoluto el filo de la daga

Que ya sin fuerzas no puede darle muerte.

César Bustamante






Ocaso

Desafiando impertinente a la cordura,

deambulo como un paria en el silencio

dejando a mi suerte tomar la iniciativa

en esta búsqueda azarosa de un destino.

Ecléctico ante la guerra turbada de mis miedos

levanto barricadas y me refugio de mi mismo

despliego estandartes que ya no reconozco

mis manos no blanden las armas que otrora

dejaran su impronta en la lucha del tiempo.

Cual pérfidas nubes que opacan mis sueños

en desánimo tornan mis desvalidas ansias

las sombras avanzan buscando la noche

cuajando su negro sobre mi esperanza

cubriéndolo todo con manto siniestro

que envuelve de frío locura y espanto

un cuerpo vacío, inerte y sin alma

me llega la hora y me encuentra esperando.
César Bustamante








Amándote

Amar desde la misma evocación de mis errores

con la simple inconsistencia de mis dudas

es desatar huracanes que arrasan mis temores

que frenéticos invaden tu cuerpo sin mesura




Mis ansias acometen temerarias

con oleadas de osadía y desenfreno

y en la suave tersura de tu piel en llamas

se funden febriles mis caricias con tus besos




Acompasada danza es la cadencia de tu cuerpo

que encadena mis labios y mis manos a tus formas

haciéndome ese esclavo en el deseo que por cierto

se siente el amo de tu luz desde las sombras




Y así extasiado en la embriaguez de los sentidos

con mis manos reposando en la tibieza de tu espalda

en el silencio denso de la noche solo los latidos

de tu corazón y el mío transitando juntos hacia el alba


César Bustamante






Vacíos

Extraño vacío que me inundas

y me arrastras a la sima mas profunda de los miedos

me despojas de alma y me desnudas

no peleo, no resisto, ya no puedo.

Las ausencias toman formas sobrehumanas

cobrando dimensiones casi absurdas...

escinden de mi mente el cuerpo en un nirvana

sumido en un ritual de solo frases mudas.

Hondo y oscuro me desatas

solo quedan en mí mis tantos huecos

ya nadie acude, ya nada me rescata

sordo grito del amor tan solo el eco

Ay si pudiera en mí, la luna retener

reflejarme en su cara más sensata

y susurrarle al oído: hoy la quiero ver…

pero el hueco de la cama solo mata

César Bustamante






Desde adentro


Cargando con la espera en las entrañas 

Y el amargo sabor que da el olvido 

La esperanza, esa visita tan extraña 

Ya no acude a devolvernos el sentido. 

La doliente pobreza es la que aflora 

En este páramo desierto de valores 

Donde mueren ideales y en la hora (del entierro) 

Ni llanto ni mortaja, no hay honores. 

En la “carencia” de bases sustentada 

En la correcta ejecución de inoperantes 

Asisten cómplices de mafias enquistadas 

Los testaferros de las clases dominantes. 

Adalides del escarnio y verborragia 

Tan sutiles en su elocuencia disonante 

Nos quieren serviles, sumisos y nos plagian 

Con maquiavélicos discursos irritantes 

Pero es momento de empezar a dar batalla 

Empuñemos la palabra y la razón 

Con el valor de aquellos que no callan 

Y usan el verbo con la fuerza de un cañón 


César Bustamante



sábado, 5 de mayo de 2012

Ausencia
Cual suave interludio que al silencio hiere
Escucho tu risa, mi piel se estremece
Melodía inconclusa de besos que aun quieren
De sueños sin tiempo, de un amor que no muere.

Cristales que envuelven imágenes tenues
Tardíos reflejos de idilios ausentes
Que en sepia deshojan otoños sin verdes
Recuerdos borrosos y un sol que se pierde.

Desnudan mis manos siluetas inertes
Sin forma, sin vida, ya no han de tenerte
Se opacan mis ojos, la noche se vierte
Oscura, sombría, aletarga mi suerte.

De pronto un suspiro, mi corazón se detiene
Rasgando tinieblas se acerca la muerte
Hay hielo en mis venas, las siento calientes
Ya nada duele, al fin! Al fin voy a verte.

César Bustamante







Locura

A pesar de la fría inexpresión de palabras sueltas

Que en misteriosa complicidad buscan un verbo

Siento en mi interior que la pasión a fuego lento

Transforma en vida aquellas frases muertas

Intento sin lograrlo, descifrar mis sentimientos

Tan absurdos, tan disímiles, que limitan mi cordura

Luego pienso quizás el desamor sea causa alguna

Que me ausenta de este mundo por momentos.

César Bustamante