Difuso
Por qué olvidados senderos
Desanda su suerte el
amor
Si en la quietud de la
noche
Su luz se esconde en
un hueco
Dejando entre
lánguidas sombras
En el umbral del
olvido silente
Dormido el orgullo a
los pies de la ira
Y el ego pintado con gélido
trazo
En la arrogancia de un
lienzo indolente
Que huele a miseria,
rencor y desprecio
Por qué olvidados senderos
Arrastra el vacuo recuerdo
De la pasión
intangible
De la imperfección de
los cuerpos
Mientras de ocres
reflejos
Atravesando el cristal
de mi copa
Con mueca siniestra
retorna
La imagen de aquella
mirada
Que revive al instante
el deseo
Del beso que muerde…
de su boca
Cesar Bustamante
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Garabatos Nocturnos
martes, 19 de junio de 2012
lunes, 11 de junio de 2012
Fracaso
Una vez fui tormenta, seducción absurda, mentira violenta, esperanza cruel, belleza siniestra.
Los brazos de la noche devoraron mi tibieza y construyeron una torre de espinas en mi alma…
Los brazos de la noche devoraron mi tibieza y construyeron una torre de espinas en mi alma…
Me entregué a la oscura y fría sensación de no sentir la vida,
de ya no ser.
Me lancé al abismo etéreo de la nada mientras los hilos afilados del recuerdo
abrían surcos lacerantes negándome la calma
de ya no ser.
Me lancé al abismo etéreo de la nada mientras los hilos afilados del recuerdo
abrían surcos lacerantes negándome la calma
la bruma apareció...despacio, envolviéndome como un fuego fatuo de grises esperanzas, cada paso, era un desgarro cruel donde las pieles desprendían su desgano carente de lujuria
donde cada latido era un disparo siniestro a la razón, resquebrajando el débil cristal de la cordura
con los pies sangrantes avancé a tientas entre las tinieblas, tropezando con mis miedos me fui de bruces sobre el fango
con los pies sangrantes avancé a tientas entre las tinieblas, tropezando con mis miedos me fui de bruces sobre el fango
hundiendo mis manos, enterrando el dolor y bebiendo la hiel que escapaba del desprecio. Si, moriré esta noche, lo se...siento el gélido aliento de la parca en mi boca...la ira y la impotencia son mis compañeras de viaje y...
…cual sayón aguardando con paciencia a las puertas mismas del cadalso, se desliza sigiloso hacia mi encuentro el infortunio.
Trémulo de pavor ensombrecido, a la hora del ocaso desfallezco y así, asfixiado
en el sórdido paisaje, aspiro el hálito letal de su condena…el fracaso.
Trémulo de pavor ensombrecido, a la hora del ocaso desfallezco y así, asfixiado
en el sórdido paisaje, aspiro el hálito letal de su condena…el fracaso.
Dardo César Bustamante & Mercedes Mayol
Copyright 23-05-2012
Libérame
Desanda etérea el camino de mi esencia
Invade mis anhelos y aprópiate de ellos
Sacude mis recuerdos, niégalos, destiérralos
Desgarra mis entrañas con el filo de la duda
Y arranca con desprecio de una vez y para siempre
De mi mente las historias que cual máculas sombrías
Se enredan inconclusas en la trama de mi vida
Tan solo así, escindido del agobio que me turba
Escapándole al platillo de este lado de mis sueños
Que en el extremo distante me sopesa con la culpa
Podré ofrecerte sin reparos el cordel para que juntos
Remontemos sin pudores la esperanza en un cometa
César Bustamante
domingo, 6 de mayo de 2012
Insomnio
Impiadosa solitud que me desvela
Y me sostiene del costado de lo absurdo
Que me enreda con los hilos del pasado
Sentenciándome a la espera sin futuro
Y en la ansiosa cadencia de las horas
Vierte sombría su silencio irreverente
Adormeciendo uno a unos mis sentidos
Sumiéndome en abúlico infortunio…
César Bustamante
Encuentro
Tu mirada y la mía se encontraron al fin
todo estaba planeado de antemano,
el lugar, la hora, la ropa y hasta el perfume,
nada librado al errático designio del azar
Pero estábamos allí, inmóviles, impávidos
tal vez cegados por una misma sensación,
quizás cautivos de un mismo pasado
Ávidos, ansiosos de deseo, enajenados…
La lógica parecía esfumarse entre el bullicio de la gente
Que sin advertir la quietud de nuestro cuadro
Transitaba sincrónica a su desmesurado apuro
Mi mente buscaba en vano las respuestas
En este plano donde el tiempo rige nuestros actos,
nada podrá explicar el por qué mi piel extraña tu piel,
mis ansias añoran tu entrega y mis labios aun saben a tus besos
Maldito tiempo, infame cómplice de esta torpe realidad
Que se empeña en separarnos con el débil argumento
De que esto todavía no aconteció, que no fue tu espalda
La que tantas noches cobijó mi pecho
cuando aún te siento estremecer entre mis brazos
Maldita certeza de los cuerdos que impertérritos sentencian
a ceñirnos a sus fácticas pruebas de medirnos por segundos
Bendita tempestad de anárquicos sentires
que me envuelven cada mañana en la cascada de tu pelo
y me retiene en ese reino sin relojes, donde todo transcurre
en lo que dura un beso respirando tu placer
allí donde no hay reglas, donde nada es para siempre y sin embargo
amarte es mi elección a cada instante…
De repente, ya estabas en mis brazos,
aquella peatonal paisaje ajena a nuestra historia
mientras la música, nuestra música nos cubría en un susurro
entre tu pecho y el mío una explosión de siluetas que a media luz
ondulantes, en un gozo simbiótico libando del éxtasis danzaban.
Éramos tu y yo inmersos en un mar de sensaciones
los de ayer, los de hoy, los mismos parias de siempre desterrados del tiempo.
Ya no importan las respuestas, en esta absurda paradoja
el amor que es tan esquivo quizá nos encuentre sin corazas
y en su estocada final nos atraviese enastando la esperanza
dejándonos exhaustos, sin culpas ni temores
tu sobre mi hombro y yo a orillas de tus ansias.
César Bustamante
Rebeldía
Transité nocturno el camino del olvido
Entregado a las fauces del monstruo que me habita
Mordí con mis encías el cristal de su frío
Desgarré mi carne en el hedor de su osamenta
Retorciéndome en la ciénaga repté desde el averno
Escapándole al estiércol reaccionario de los dogmas
Que observaba, me juzgaba y sentenciaba
Con la nefasta moralina de sus normas
Vomité una a una sus insípidas purezas
Hasta quedar exangüe, informe
Sumergido en el álcalis del miedo
Y en el sorbo letal de la ignominia
Arranqué de mí, todos los sentires
César Bustamante
Pasión
La noche es perfecta
sus luces son tenues
tembloroso y resuelto
cruzando las sombras
me entrego a su suerte
Se aceleran mis pasos
mi corazón enloquece
se acerca el momento
y enfrente a tu puerta
con certera estocada
desgarrando al tiempo
doy fin a la espera.
Candelas de cómplices
aromas que envuelven
mi fiebre en tus manos
los besos que muerden
te aferro a mi abrazo
las sienes que estallan
y la sangre me hierve
Ternura, encanto,
pasión y locura
agazapado en mis ansias
contengo el deseo
mas luego el impulso
le gana al intento
y en duelo de cuerpos
acaba el suspenso
La fiebre arrebata
nos quema por dentro
tus muslos, mis manos
mi pecho en tus senos
tu anhelo en mi espalda
me abraza, te siento,
de tu miel sedienta
mi boca en tu fuego
el espasmo acude,
corona mi esmero
bebiendo tu esencia
remonto mi vuelo.
Erotizando el aire
con música suave
y a la trémula luz
de incandescencia leve
dialogando en silencio
con lenguas salvajes
rasgando penumbras
gemidos y gestos
a tu entrega rendido
reposando en tu cuerpo
en el mar de tu vientre
encuentro el sosiego
César Bustamante
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